Wednesday, January 30, 2008

A mi lado

Me gustas más cuando caminas a mi lado. Así, ves? A mi lado. No delante mío como un fueguito apresurado, como un solcito acelerado, como un incendio impaciente. Me gusta que camines a mi lado, a la misma velocidad. Ya sé que tus pasos son más largos, que tus grandes zancadas son el doble que las mías, pero camina pues a mi lado. Sí me gusta caminar sola, pero para qué salgo a caminar contigo si voy a caminar sola? Si caminas delante mío tienes que parar de vez en cuando para ver por dónde ando yo, y entonces mi instinto es el de apurarme, pero por qué tengo que apurarme si no estamos atrasados para nada, si el sol va a seguir poniéndose con o sin nosotros en frente, si la tarde se desliza suavemente, por qué apurarme?

No tenemos que conversar mientras caminamos, sabes? Claro, puedes contarme lo que quieras, puedo contarte yo también lo que sienta, pero no es obligatorio. Podemos simplemente mirar cómo se va oscureciendo despacito el azul, cómo se inflan y se iluminan las nubes algodonezcas en el cielo, cómo se van juntando las aves para cantarles juntas a la tarde. No hay que hablar en realidad. Podemos solamente compartir el silencio mientras todos los colores del día se pintan en el aire, mientras escuchamos los suspiros de la tarde, los pedacitos de noche que se van despertando. No hay necesidad de estropear tremendo espectáculo con palabras. Las palabras sobran a veces, sabes? Pero claro, no siempre, algunas veces son necesarias, imprescindibles, precisas. Entiendes? Propias, escenciales, vitales… claro, uno tiene que aprender cuándo son ineludibles y cuándo dispensables; ya lo irás aprendiendo, no te apresures, deja que el tiempo te enseñe, deja que la tarde te azule, te contagie, te abrace.

Pero por mientras, ven y camina a mi lado, no delante mío como un fueguito atolondrado, camina a mi lado, despacio y sereno. Camina a mi lado y quizá una de estas tardes, en un instante inaplazable, te provoca colgarte de mi mano, como un impetuoso solcito enamorado.

Imagen: A Romantic Interlude, Sam Toft

Sunday, January 27, 2008

coleccionistas

colecciono tus pétalos
coleccionas mis palabras


colecciono tus espinas
coleccionas mis miradas

colecciono y coleccionas
pero nunca
nos coleccionamos

Friday, January 25, 2008

Wednesday, January 23, 2008

de vacaciones todavía

El agobiante tráfico de la mañana me saluda este primer miércoles a las 6:15am. Una fría garúa acaricia mi auto y las autopistas mientras pienso en que debería estar bajo las frazadas todavía y no peleando el sueño en la mitad de este oscuro océano de autos. Hoy no quiero escuchar las noticias, no quiero saber lo que está pasando en el mundo todavía, ahora mismo, estoy aún de vacaciones, así que enchufo mi ipod al auto y canto a todo pulmón hasta llegar al trabajo.

Me recibe el viejo edificio vacío, con sus blancos y viejos pasillos, con sus blancas y pesadas puertas de metal, con su blanca y sucia soledad. Mi escritorio… tal y como lo dejé: semi-ordenado, semi-aburrido, semi-solo. El teléfono me dice que tengo 6 mensajes. El outlook… ah, el outlook me recibe con 204 emails nuevos. 204 emails que tengo que revisar. 204 emails que tengo que estudiar. Sólo 204, no es mucho en realidad…

Pero no quiero leerlos hoy. Quiero sentarme y observar el calendario lentamente, retroceder en el tiempo despacito. Pensar en cómo sobreviví un viaje tan largo y tan cansado, en cómo dormí a pierna suelta pero muy incómodamente en las sillas del aeropuerto, pensar en que ahora estaríamos abriendo otra botella de vino, en que quizá es lo que están haciendo ahora mismo los que se quedaron. Pensar en lo deliciosa que está mi sobrina con sus 11 mesecitos encima, casi 12 ya, en sus piececitos chiquititos, en sus sonrisas desdentadas, en sus abracitos y en los besitos que está aprendiendo a dar. Pensar en las hermosas playas en las que me senté a mirar las olas, en la montaña hipnotizadora que abraza toda la ciudad, en todos los tonos de verdes y azules que descubrí, en ese pinguino que casi me muerde el pie, en esa jirafa que salió a despedirse cuando nos íbamos, en ese rinoceronte bebito de 3 días de nacido, en esos elefantotes con sus orejazas y sus ojos de nobleza, en esas parrilladas divinas en familia. Eso quiero hacer hoy, sentarme a pensar en los días vividos. Que esperen los 6 mensajes en el teléfono y que esperen los 204 emails en el outlook. Hoy estoy todavía de vacaciones. No me importa lo que diga el calendario. Hoy no estoy aquí, hoy estoy en Suid Afrika, viendo las zebras con mi sobrina en brazos, tomándole más fotos a esa majestuosa montaña magnética, haciendo mis maletas y pensando que fueron días inolvidables pero que tal vez ya es hora de volver a mi cama, a mis días, a mi vida.

Ps- Les prometo fotos; pero dénme algunos dias… Les prometo ir a visitarlos también en estos días.

Thursday, January 3, 2008

ciao ciao, me voy de viaje..!

No me gusta viajar. No es cierto... me encanta viajar, lo que no me gusta es el transporte. No sólo es el trajín de ir hasta el aeropuerto y esperar y hacer colas y esperar y esperar y angustiarme y esperar y aburrirme y esperar y esperar y angustiarme y esperar y esperar… No sólo es eso. No me gusta viajar en aviones. Me da miedo. Antes me gustaba sentir que estaba flotando casi por encima del planeta, arriba de todo lo conocido, desplazándome por entre los aires y sobre tierras desconocidas; pero ahora me da miedo. Cada despegue, cada turbulencia, cada aterrizaje es un respiro contenido, una casi hiperventilación, un constante retorcijón estomacal, un ataque de ansiedad en potencia, un casi rezo. Antes yo no era así, pero ahora me he convertido en una miedosa de los aviones y los trenes y los autos y las montañas rusas y todo lo que me quita el control a mí y se lo da a otras personas o máquinas o… a la suerte. Además, a veces me entra la paranoia (y eso me pasa por leer los periódicos y ver los noticieros, o quizá simplemente por vivir en este planeta), y todas las personas dentro del avión se convierten en sospechosos... Igual sigo subiendo a los aviones porque la tentación de un viaje nuevo, de pisar tierras distintas, de volver a mis tierras antiguas es inescapable y demasiado poderosa para ignorarla. Me encanta, me fascina salir de mi burbuja y descubrir y probar otras. Siempre eligo ventana y me acompaño de algún par de libros, un lapicero y mi cuaderno azul; además, veo alguna que otra película si puedo y me distraigo al menos por algunas horas mirando el blanco mar de tul, el océano de nubes debajo mío. A veces me encuentro con lagos azules verdosos enormes, con montañas gigantescas, con cumbres cubiertas de nieve, con valles verdes, con pedazotes infinitos de marrones, con ríos anchísimos, pero por lo general es una enorme e interminable manta de algodón que me transmite la paz que busco cada segundo de mi estadía dentro de ese gran pájaro de metal.

El viernes (mañana) salgo de trabajar y me voy de frente (una visita al banco primero) al aeropuerto de San Francisco para subirme a un avión por 11 horas que me llevará a travez del océano Atlántico, al que sólo he contemplado unas pocas veces. (Todo esto si el tiempo lo permite porque se anuncian fuertes tormentas aquí en el área de la bahía, empezando hoy y terminando el domingo.) Llego a Frankfurt y en una hora y 40 minutos tengo que correr por aduanas e inmigración lo más rápido posible para subirme a otro avión por otras 11 horas que me llevará a mi destino final. Mi destino por los siguientes 15 largos pero cortísimos días.

Por supuesto, como de costumbre, ya empecé a leer un poquitín sobre el lugar que voy a conocer; por ejemplo he aprendido que en este país se encuentran los descubrimientos paleoantropológicos más antiguos del continente. Hace 3 millones de años estaba habitado por grupos de
Australopithecus. Fue colonia holadensa y británica entre los 1650s y principios de 1900s. La minería es un importante sector, sobre todo la extracción de diamantes, oro y platino. Es un país muy rico en diversidad vegetal, contiene cerca del 10% de todas las especies conocidas en el mundo. El pinguino de El Cabo es el único pinguino de este continente y este país es el único lugar en todo el planeta donde se les puede ver de cerca (me muero por verlos!). Hasta 11 lenguas son reconocidas como idiomas oficiales. Lesoto está completamente rodeado por este país (se sentirán atrapados?). El punto más meridional del país y de todo el continente es cabo Agulhas donde se juntan el océano Atlántico con el océano Indico. Su moneda es el Rand. Es el país con mayor número de infectados de SIDA en el mundo. El apartheid surgió después de la segunda guerra mundial y terminó a principio de los 90s. En este país, la diversidad cultural es una gran riqueza (en todos, no?).

Ya saben a dónde me voy? Así es, llego a Cape Town el sábado como a las 9pm hora de California (casi las 6am del domingo, hora de Sudáfrica), más o menos 30 horas después de salir de San Francisco. Ay, va a ser un viaje larguísimo… no voy a querer volver… pero sé que cuando termine la tortura que será el
viaje, mi estadía en Africa será una experiencia inolvidable. Uf, voy a tomar demasiadísimas fotos. Quiero conocer todo, todo, todo lo que pueda.

Además, como un extra bonus, voy a ver a mi sobrina, la hija de mi primo, a quién no veo desde Febrero, cuando tenía apenas 2 semanas de nacida. La extraño.

Los leo cuando vuelva. Deséenme buen viaje. :)

Paz.


Gracias a todos por sus excelentes recomendaciones. Algunos libros sugeridos ya los he leído, otros están en mi lista de querer leerlos, otros son completamente desconocidos para mí, pero esa es la idea, expandir mi pequeña y conocida biblioteca. Gracias nuevamente, he hecho una lista de todas sus recomendaciones. Nos leemos pronto.