Monday, December 31, 2007

Un libro?

Algunos de ustedes me han recomendado libros anteriormente, en diferentes momentos; pero quisiera tener una lista completa de sus recomendaciones. Si tuvieran que recomendarme sólo uno, o dos libros, cuáles serían? Me gustaría expandir un poco mi pequeña biblioteca (en mis repisas).

A ver, quién se anima a recomendar algo? Yo empiezo diciendo que 'The God of Small Things' de Arundhati Roy es el libro más hermoso que he leído. Más que por la historia, por el lenguaje. Es una armonía de palabras tejidas a la perfección, un suspiro largo leerlo.

Y bueno, son tantos los buenos libros que existen, pero esa sería mi recomendación. Y la de ustedes?

Antes de irme a terminar con el libro de Vargas Llosa que estoy leyendo ahora (un regalo por mi cumpleaños de 'otra niña mala'), Travesuras de la Niña Mala (que me tiene atrapada desde el sábado en la noche, hoy lo termino de todas maneras, es una lectura fácil), les convido un poema que tengo aquí al lado, de Blanca Varela (creo que se llama Morir cada día):

morir cada día un poco más
recortarse las uñas
el pelo
los deseos
aprender a pensar en lo pequeño
y en lo inmenso
en las estrellas más lejanas
e inmóviles
en el cielo
manchado como un animal que huye
en el cielo
espantado por mí.

Aprovecho para mandarles un abrazote por un feliz 2008 lleno de todas esas cosas que tanto queremos; entre ellas, paz.

Friday, December 28, 2007

Cómo es que no te cansas de mí?

No te cansa el cansarme? No te hastías de hastiarme?

Demasiado oxígeno me ahoga. Demasiada agua me seca la garganta. Demasiado sol me da frío. Demasiada sal me empalaga.

No te cansas de cansarme? No te abruma el abrumarme?

Te persigo y te maldigo porque eres cruz y salvación, uña y resignación, sonrisa en medio del temblor, vacío en plena multitud. Eres todos los suspiros y todo, todo lo que escribo.

Julio 13, 2001
(del cuaderno azul)


Imagen: Smashing Light, Wil Lof

Wednesday, December 26, 2007

flojera

La refrigeradora repleta de comida, sobras de la tremenda cena que nos seguirá alimentando por el resto de la semana. El árbol de mentira (porque no nos gusta matar árboles todos los años), lleno de adornos todavía; a sus pies, un regalo solo esperando la visita de las manos que lo abrirán. Mi tocador cubierto de regalos nuevos que buscan un lugar en mi vida y en mi ya repletos cajones, repisas, dormitorio desordenadísimo.
Mi rincón repleto de risas, de ecos, de fresas, de calor…
Las ventanas, los noticieros, los periódicos, repletos de horror, de hambre, de sombras, de frío, de vacíos, de rencor.

Hoy siente flojera mi corazón.


Imagen: Cercle Jaune, Wassily Kandinsky

Monday, December 24, 2007

Pero Piedra!

Yo tengo tu blog enlazado al mío, lo que significa que obviamente eres una recomendación, un blog que leo siempre que puedo. No hay necesidad que hable de tí (ni que tuviera tantos visitantes anyway), que te dedique todo un post, una entrada entera solo para tí. No hay necesidad de decirle a la gente que vayan a visitar Filosofía Nocturna por la originalidad de sus posts, por la creatividad de sus cortos relatos. Lo que pasa Piedrita linda, es que lo has tenido un poco descuidado últimamente… escribe más pues que se te extraña por estos lares. En serio. No te alejes. :)

Bueno, este país me ha enseñado (al menos trata de enseñarme) a ser ‘politically correct’ y decir ‘Happy Holidays’ en vez de ‘Feliz Navidad’ . Así que… Feliz Navidad, Feliz Hanukkha… o feliz lunes pues y martes… y todos los demás días también.

Un abrazo para todos los que pasan por aquí amenudo, los que pasan por aquí muy de vez en cuando, los que pasan por aquí de casualidad y/o por error, los que nunca han pasado ni pasarán nunca por aquí. Un abrazo para todos los Homo sapiens del universo porque no sé, tengo ganas de repartir abrazos hoy. Será tal vez la segunda botella de vino de la tarde... o la luna curiosa pintada en mi ventana, o las risas que escucho en la sala mientras escribo esto... no importa la razón, pero un abrazo grande pues.


Y paz. Siempre paz.

Saturday, December 22, 2007

garabato 8

y cuando se acaben las palabras?

suspiros
dibujaré suspiros

Wednesday, December 19, 2007

Aunque sea un poquito nada más

Me gustaría vivir cerca de tu casa, a una cuadra por ejemplo, o a 10, o a 15; y llamarte y decirte, con el corazón acelerado, que me acompañes a tomarme un té por ahí; y dirías que ya, con la sonrisa en la voz. Nos encontraríamos en el café de siempre, ese edificio verde de letrero marrón en la esquina al frente del parque, tú llegarías con los nervios sudándote las manos y un poquito antes porque sabes que no me gusta esperar, y a mí se me suspendería un pálpito al verte en la puerta esperándome. Nos sentaríamos junto a la ventana porque me gusta mirar por la ventana cada vez que puedo, no a la gente, no sé, las calles, las esquinas, las aves que sobrevuelan la ciudad y las que buscan pedacitos de comida entre las rendijas del cemento. Yo me tomaría un té de limón y pétalos de rosa porque es uno de mis favoritos, tú no sabrías qué pedir porque prefieres el café pero te dejarías convencer y probarías el jazmín de hoja. Compartiríamos un biscotti de chocolate y almendras y me contarías de tu día, del trabajo, de tu familia, de tus telarañas, de tus lagartijas, de tus verdes, de cómo te fastidia tu carro viejo, que quieres comprarte uno, que quizá el otro año puedas. Yo te contaría de mi próximo viaje, de mis nervios, de mis mariposas, de mis azules, de mis deudas, de que tengo que dejar de viajar tanto y ponerme a ahorrar pero la tentación siempre me gana. Después pasearíamos por las veredas frías y húmedas de Diciembre, yo con mi saco y gorrito marrón, tú de saco negro y con paraguas, ‘corre que va a empezar a llover’ – dirías bromeando. ‘Pero si me encanta la lluvia!’- diría yo. Y reirías.

Entraríamos a una librería, por ejemplo. Tú me enseñarías los libros que quieres leer y los que ya leíste y me contarías por qué te fascinan esos autores y esas lecturas que yo no entiendo del todo. Yo te llevaría a pasear por la sección de poesía en castellano y te diría que Neruda en inglés no es igual, ni Borges, ni Lorca y que cuánta gente se pierde de leerlos en su idioma original, así como yo me pierdo los detalles y nimiedades de otros que leo traducidos. Después pasearíamos por la sección de música porque querrías ver qué cosas nuevas hay. Yo diría que hace mucho no compro cds en tiendas porque es muy difícil encontrar música de Sabina por ejemplo, o de Silvio. Te contaría que hace mucho que compro sólo por amazon y que ando medio enamorada de Jorge Drexler últimamente. Tú me dirías que no te gusta mucho ese tipo de música, aunque algunas de Drexler sí te gustan pero que en definitiva te has quedado estancado en los sonidos de los 80s. Yo suspiraría que no hay nada como los 80s, pero hay tantas otras cosas bellas. Sonreirías nomás, casi derritiendo el invierno de Diciembre. Después iríamos a ver los almanaques porque ya hay que ir pensando en uno. Me enseñarías uno de gatos porque sabes que tengo uno y que lo adoro. Yo te diría que yo nunca compro calendarios de gatos o perros, que prefiero los de otros animales, elefantes por ejemplo, o pinguinos, búhos, cocodrilos. Y sonreirías otra vez, mostrándome uno de Toscana, diciendo que algún día te gustaría pasear por ahí. ‘A mí también’ - diría yo, esperando que digas que te gustaría ir conmigo. Luego te enseñaría uno de Monet y te diría que de arte no sé nada, pero que me gusta mucho Monet y Picasso y Van Gogh, por ejemplo. Tú dirías que a tí te gusta Miró y yo pondría gesto de duda… ‘no entiendo a Miró’. Me dirías que no hay nada que entender, sólo sentir. Y se tropezaría un pálpito acelerado con mi sonrisa ilusionada. ‘sólo sentir’ – repetirías. Y me sonrojaría sin saber bien por qué.

Tendríamos que irnos porque ya sería hora de cerrar y nosotros sin creer que han pasado ya 3 horas desde que entramos a la tienda porque apenas parecen 15 minutos. Me preguntarías si quiero que me acompañes a mi casa y yo te diría que no, porque soy una mujer independiente y no necesito que me cuiden; pero sabes que en el fondo sí quiero que me acompañes y espero que insistas. Así que insistirías y otra vez diría que no es necesario porque no quiero que me preguntes, quiero que tomes control y me digas que me vas a acompañar y lo hagas pese a mis negativas; así que dirías ‘te voy a acompañar a tu casa’ y yo diría ‘bueno’ - pero sería feliz. Llegaríamos a mi casa con la noche encima y los cuerpos debajo de tu paraguas porque me gusta mojarme con la lluvia pero no tanto, y yo te agradecería la amabilidad y en la puerta me dirías que me vas a llamar antes de acostarte y después de ver el reporte de deportes. Yo me sonreiría y te diría que okay, que espero tu llamada. Cerraría la puerta despacito y esucharía tus pasos alejándose entre charcos y los rojos latidos desacelerándose.

Pero no vivo cerca de tu casa, a una cuadra, o a 10 o a 15; y no tomas té conmigo, ni caminamos sobre las veredas frías o tibias, ni compartimos el paraguas en días de lluvia. No dices lo que espero que digas, me dejas siempre esperando y no me acompañas nunca a ningún lado. Pero a veces un email tuyo basta para que se aceleren los electrones de los átomos de las moléculas de las alas de esa mariposa que se alborota en medio del pecho y alrededor de la boca del estómago. A veces un email tuyo basta para que las fantasías tejan colores en la realidad. A veces un email tuyo basta para hacerme creer que me quieres un poquito, un poquito, aunque sea un poquito nada más.


Imagen: Butterfly, Diana Ong

Monday, December 17, 2007

Cromatismos

‘explosiones de azul en las alegorías’
- Rafael Alberti –


el azul es nostalgia, es una dulce tristeza dulce, una suave calma. es exquisito y sutil, ligero y delicado, una ola suspendida, un suspiro prolongado, un lejano recuerdo azucarado, una caricia en el aire, embelasamiento, fascinación. además, es cielo y es mar.

el rojo es un un paroxismo bipolar, es pasión o grito desgarrador. es amor encendido, o dolor ensordecedor. es un pálpito, un latido, fuego, frenesí, o agonía, dinamita, puñal, suplicio, efervescencia. es rabia. es sed, arrebato, deseo, tormento, lujuria, ardor, combustión.

el amarillo es juventud, casi casi primavera, es alegría serena, es capullo, es algún principio, el primer rayo del sol. es un verano eterno. es amistad sincera, abrazo franco. es semilla.

el verde es paz. el verde es vida. el verde es sonrisa larguísima , es tranquilidad, plácida energía vital. fortaleza, continuación de existencia, el verde es un azul primaveral, un azul principio, el verde es futuro certero. es un respiro largo, eterno.

el negro es un vacío profundo, una infinita depresión, dolores crónicos, destrucción, trance agobiante. el negro es futuro incierto, mañana truncado, pesimismo suicida, es fin, perpetua ausencia, es un abismo constante, una nada abismal, es un siempre morir, un siempre sufrir…

el blanco es ingenuidad. el blanco es sencillo, simple, es pregunta, inocencia, pulcridad. el blanco es demasido irreal. impecable pureza. es casi magia.

el celeste es una suave calma inocente, un triste recuerdo ingenuamente olvidado, una dulzura tierna, una ternura dulce, es un azul muy sencillo, un cielo inocente, un casi hechizo.

el gris es negro aturdido, desorientado, es una ofuscación, un leve pesimismo desanimado, el gris quiere ser negro pero lo confunde el blanco.

el anaranjado es coqueto. es mitad pasión y mitad amarillo.

el morado es un azul alegre y divertido, un azul social, un azul sin nostalgia, un azul sonrisa. un azul enamorado, apasionado.

el marrón es tierra, es causa, es origen, es razón, es realismo, es verdad, es pisar firme, es certeza, es raíz, es fundamento, es hogar, es volver.

el rosado es rojo y blanco, amor ingenuo, deseo inocente, pálpitos, latidos sencillos y casi mágicos, el rosado es un beso en la mejilla, una caricia pulcra, una florecita encendida.

…podría seguir, pero ya me cansé.
(el cansancio es un blanco percudido)



Imagen: Color Studies, Wassily Kandinsky

Thursday, December 13, 2007

Abres una página en blanco

porque sientes el merodeo de la araña en la energía inquieta de la mente; porque los latidos te interrumpen la concentración, la mañana, la spreadsheet que no terminas de actualizar. Abres una página en blanco porque presientes los suspiros acumulándose y preparándose para la explosión y el derrame. Abres una página en blanco y te mira ella, nívea y perfectamente vacía; te mira de frente. Divina tentación llenarla de obscenidades internas, de secretas maldiciones, de palpitantes miedos asustados y guardados, de prohibidos pensamientos furtivos, de incesantes sentimientos atrapados, los putrefactos y los jazmines.

Abres una página en blanco y te mira ella, blanquísima y puramente vacía; te mira de frente. Maldita tentación llenarla de garabatos incoherentes, de sangres verbales, de sudores y escupitajos alfabetizados. Abres una página en blanco aunque los dedos se rehúsen a su danza hoy, aunque las ganas no concuerden con la energía cósmica de los pálpitos acumulados, de los pálpitos buscadores de letras acogedoras, buscadores de amparo, de asilo.

Abres una página en blanco sabiendo que a pesar de las tempestades y primaveras, al final del día seguirá en blanco, como Microsoft Word la trajo al mundo.

Monday, December 10, 2007

Touched

in the corner
stripped
sore
drenched
in your scent

across the room
ebony hair
venom
sweet
tantalizing lips

intricate gaze
uncanny ability
to caress
the earthquakes
the scars
the shattering crack
of the broken soul

in the corner
alone
hazel eyes
across the room
naked
nude

ebony and hazel
caress my soul

February 14, 2003
(del cuaderno azul)

Imagen: Nude, Mara McWilliams

Friday, December 7, 2007

Adiós

Esa amistad nuestra siempre fue algo punzante, algo no completamente incómodo y no del todo franca. Nuestra amistad siempre fue de doble filo, una paradoja. A veces juntas, a veces alejadas; a veces inseparables, a veces insoportables. Recuerdo algunas desconfianzas, alguna deslealtad, algún que otro rencor.

Me fuí y nos mantuvimos en contacto por algunos años, tú siempre mantuviste la comunicación viva, al igual que yo. Y a diferencia de otras amistades, tú siempre me recibías en tus días cuando iba yo de visita; pero siempre igual, siempre oyendo o leyendo tus no del todo agrios y ácidos comentarios. Siempre alguna espinilla escondida entre las letras, no completamente imperceptible, tampoco del todo obvia. Conscientemente a veces, lo sé porque tus ojos siempre fueron transparentes, marrones muy oscuros pero transparentes, y quizá inconscientemente otras, tus palabras trataban en lo posible de hacerme sentir mal, de hincarme en algún lado, de deprimirme de alguna manera. No sé por qué duró tanto esa amistad, no lo supe antes y ahora pienso que quizá fue la inercia, la costumbre de saberte en mi vida desde la niñez. En el fondo siempre supe que eras una buena persona, de buenos sentimientos y sensible, tal vez demasiado sensible para mí; a veces esa exagerada, teatricalizada y ficticia sensiblería nauseabunda me erizaba la piel. Aunque nunca fuiste del todo mala ni del todo cruel, la envidia siempre colgaba de tus ojos, la envidia y la rivalidad, la competencia por ser siempre la mejor de las dos, en todo, la que tenía más, la que sabía más. Por qué esa rivalidad? No lo sé porque tú siempre parecías tenerlo todo. No voy a negar, porque ahora que lo recuerdo me alegra haberme sentido así, no sé, porque siento que tal vez le da un poco de color a mi personalidad, que secretamente sonreía mi orgullo y mi satisfacción cada vez que tus ojos se pegaban sobre mi examen, siempre con una nota más alta que la tuya. En eso nunca me pudiste ganar, no? Por más que trataste, y sé bien cuánto tratabas, y sé bien cómo te ardía la envidia también. Y por el contrario, yo nunca traté de ganarte en los estudios porque daba por hecho que mis notas serían, y siempre lo fueron, mejores que las tuyas.

Después te fuiste tú, y ahí se perdió la comunicación, de a pocos primero, de golpe de pronto. Por la inercia de siempre, por la costumbre de toda la vida, te mandé un par de emails que demorabas muchísimo en contestar. Y de pronto, hace unos días y después de casi un año de silencio, encontré un mail tuyo en mi inbox. Lo leí con curiosidad pero sin mucho cariño; y después hice lo inimaginable, lo impensable, algo muy inusual en mí: lo borré. Lo borré sin contestar.

Ya no me interesa tu amistad. Me dí cuenta, después de demasiados años, que tus palabras, por voz y por tinta, siempre me envenenaban algo. Ya no me interesa tu amistad. Y mira que son muy pocas personas (tal vez tú seas la segunda) con quiénes he decidido cortar la amistad.

Espero no oír de tí más. No es cierto, sí quisiera oír de tí, saber cómo estás, saber si eres feliz, si por fin lograste cumplir con ese sueño tuyo de toda la vida, ese sueño del que hablabas desde los 8 años, ese sueño rosado y floreado, bordado de blondas y tules que me tenía harta. Espero que sí porque te deseo lo mejor para tí y para tu familia a quiénes conozco también desde la niñez. Pero no me interesa más tu amistad; quizá leer algún mail donde me cuentes de tu vida, pero no me provoca verte ni hablarte más. Ni siquiera escribirte… y mira que yo le escribo hasta a los insectos.

Tuesday, December 4, 2007

Debajo de ese lunar

quiero dormirme, sobre el volcán húmedo de tu piel, entre los otoños de tus bosques, entre los bosques de tus ojos de otoño.

Y peinarme en tu barba todas las mañanas, desayunarme la fresa roja de tu boca; pasearme por las calles de tu piel alba y perderme en tu callejón de mar.

Enredarme toda en tus furias hasta soñar cada uno de tus sueños y gritar con tus gritos mi silencio, ahogarme en la niebla de tu olor y morirme en tu beso al morirte tú.

Imagen: Embrace au Naturel, Alfred Gockel

Sunday, December 2, 2007

a veces no quiero ser palabra.

está bien? a veces quiero ser un rincón vacío, una telaraña. quiero ser olvido a veces, un zapato viejo, un martini sucio con dos aceitunas, un bolsillo roto o una pelusa.

a veces quiero ser pesadilla, una corbata nada fina, una mañana gris y fría, un honda accord azul del 82, una rebelde manecilla de reloj. a veces quiero ser unicornio, a veces cuervo, a veces hormiga, una taza de leche tibia, una pizca de garúa de Lima.

a veces no quiero ser palabra. entiendes? hoy por ejemplo quiero ser sólo esta noche quieta, esta dulce inconsciencia, esta habitación mustia, este corazón despabilado, este silencio soberbio, este azul abstraído, este último punto suspensivo...


Imagen: Blue Train, Anke Ibe