Thursday, February 17, 2011

todavía y siempre

Las gotas heladas se estrellan contra esta ventana enorme y aburrida.  Las gotas iracundas se estrellan contra el cemento, los autos estacionados, los paraguas oscuros y apurados.  Se estrellan contra todo y se atropellan en el viento que las arrastra sin piedad ni dirección precisa.  No hay gorriones ni ardillas ni abejas ni libélulas a la vista.  Solo las gotas y la furia de un Febrero despechado.

Observo las gotas empapando la ciudad y me acaricias nuevamente la memoria.  Acaricias mi memoria a diario.  Es increíble que aparezcas en lugares donde nunca has estado.  Te recuerdo en la lluvia que se estrella contra el parabrisas en un jueves gris y mojado sobre la autopista.  Te recuerdo en una bolsa tibia de popcorn recién salida del horno microondas en una tarde de antojos.  Te recuerdo en un verso de un libro casi olvidado al fondo de un cajón desordenado.  Te recuerdo en la luna llena y perla que se despilfarra entre las persianas oscuras de mi habitación.  Te recuerdo renegando, sonriente, riendo fuertemente.  Te recuerdo miel, seda, suspiro perenne de ayeres idos.  Te recuerdo pluma, roble, pelusa terca colgando del aire.

Te recuerdo en mis recuerdos olvidados y en los instantes azules de una vida gris.  Te recuerdo siempre y siempre tu recuerdo me dibuja esta sonrisa celeste, estas ganas impasibles de abrazarte,  este abrazo insoportable por quererte.  Todavía.  Y siempre.

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Monday, February 7, 2011

Corporate Nausea

Los instantes se alargan pacientemente sobre la miasma de las paredes abúlicas.  Los instantes se confunden, se mezclan, se desvanecen.  El reloj vomita horas infinitas y segundos eternizados en el sinfín de los días imposibles que esconde el cubículo.
La vida importa poco dentro del cubículo.  La vida deja de existir y de servir y de querer dentro de la jaula corporativa que es el cubículo.  La vida, recuerdo vago e inútil, se esfuma con la niebla del ayer.
La náusea se estaciona en el centro del centro del centro.  La náusea como motor.  La náusea como razón.  La náusea como causa y consecuencia.  La náusea como mancha irremediable.  La náusea como abismo inevitable.  La náusea como aire intoxicado e irrespirable.  La nausea, simplemente la náusea.

Y de pronto la ventana, y un árbol, y una rama, y un gorrión.   Y de pronto una flor.  De pronto la vida.  De pronto el sueño.  De pronto una razón.  De pronto, vivir, como posibilidad.
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