Friday, September 30, 2011

in love

-      Everything is going to be okay.  Everything is going to be okay.  Everything is going to be okay.
-     *sigh*  Dónde estabas last year?  No tienes idea how much I needed to hear that last year.
-      El año pasado yo era otro.  The man I am now, you’ve made me.


And the heart skipped a beat.

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Tuesday, September 13, 2011

nunca digas nunca

En setiembre nunca llueve.  Arden el aire y las veredas; y las tardes, insoportables, se asfixian en el hastío de un verano infinito.  En setiembre nunca llueve por aquí, ni en ningún lado.  El verano indio, como le dicen, incendia las ganas de asomarse a la ventana, de pasear por las calles, de respirar hondo, de cambiar las sandalias por las botas y las blusas por las chompas. 

Setiembre es cruel.  Es la larguísima transición entre el verano sofocante y la frescura del otoño que se acerca, azul y delicioso.  Pero en setiembre no llueve nunca.  Nisiquiera durante las ocasionales mañanas frías de algún setiembre confundido.  O durante alguna noche helada de un setiembre dormido.  Nunca llueve, nunca.

Sin embargo, sí, sin embargo, llovió la otra noche aquí, sí, y en todos lados.  Llovió.  Llovió a cántaros sobre el techo anonadado de tu casa vacía y contra las ventanas estupefactas por las gotas frías.
Llovió, sí; no llueve nunca en setiembre pero sin embargo, esa noche triste en que miraste a sus ojos, fija y pausadamente y, descuidando esa promesa,  le mentiste, llovió aquí y en todos lados.  Sí, llovió a cántaros.


Nunca digas nunca.

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Friday, September 9, 2011

victory

Afortunadamente esa mierda ya pasó.
Afortunadamente el cielo siempre, por debajo de todo, siempre azul.
Afortunadamente la sonrisa le ganó al puñal oxidado y a la ventana cerrada y a las noches abismales e infinitas de esos meses de derrota y suicidio.  De nada.  De vacío.  De gritos.

La noche es otra vez cuento de inspiración.  La luna es nuevamente la perla menguada sobre mi piel.  Este sol ha vuelto a ser sol.

Afortunadamente esa mierda ya pasó.
Afortunadamente, sí, también, en ese preciso momento en que se animaba a salir por fin el sol,
afortunadamente, así de sorpresa y disimuladamente, apareciste tú.

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