El mismo sol nos calentaba los mismos recuerdos en las tardes infernales de dos veranos distintos. Eran otras lluvias, pero siempre el mismo cielo. Las mismas risas y los mismos secretos se alargaban, azules, en el tiempo.
Pero las geografías son crueles bromas de mal gusto. Abismos largos, fronteras interminales, precipicios insondables. Espejismos peligrosos.
Y las distancias siempre ganan, y le abren paso a los silencios. Y al fondo de ese silencio largo, una voz sola no puede ni con su eco. Era solo cuestión de tiempo.
Y de ganas.
No es cierto?
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