Monday, August 25, 2008

Desvaríos

Yo podría, hoy, subrayar el punto final, incinerar los restos, descuartizar los futuros imaginados. Yo podría, hoy, asfixiar la esperanza ilusa, desprender las moléculas diatómicas de oxígeno, descolgar el sol del asqueroso cielo embadurnado. Yo podría, hoy, si quisiera, si me lo propusiera, si existiera la excusa perfecta, la justificación precisa, la inminente e inevitable razón, despedazar a gritos los amino ácidos que conforman los irises marrones que colorean tu mirada. Si, yo podría si quisiera, arrancarle las pupilas vacías al rojo silencio con el que me miras. Yo podría, hoy, aunque no me creas, aunque jures que exagero, calcinarte los rencores putrefactos, aplastarte los alveolos inspirados, envenenar cada uno de los eritrocitos que pasean por tus venas. Si quisiera, podría envenenar también esa paciencia exasperante, esa calma soberbia, esas endemoniadas bendiciones de tus manos, esas benditas y demoníacas manos.

Hoy, si quisiera, podría subrayar el punto final. Pero me quedo con tus bendiciones y tus demonios, con los futuros imaginados e ilusos, con la esperanza cándida, con el sol oxigenando el cielo pulcro, con los desiertos de tus ojos, con el inagotable silencio a veces delicioso, con tus alveolos impecables, con tus eritrocitos palpitantes, con tu insoportable paciencia y tu irritante calma, tan soberbia; y sobre todo, con tus manos, me quedo con tus manos dibujando los caminos, los espejos, los incendios, las furias, los delirios, los desvaríos…


Imagen: Paracas, Alicia Woodman

Sunday, August 17, 2008

garabato 17

las pieles duelen en el silencio
los rincones se arañan las entrañas
los cuchillos se retuercen
los espejos se retuercen
la noche

entera y convencida
se retuerce de dolor
sobre mi piel


Friday, August 8, 2008

de Yuria, poemas sueltos

"Qué pensaría Lázaro cuando iba a morir por segunda vez? La segunda muerte, fue distinta de la primera, como el lunes es distinto del martes? A cuántas muertes tenemos derecho cada uno? Porque la vida es siempre la misma, pero la muerte..."


- Jaime Sabines -
II. Juguetería y Canciones

ps- Me mandan a Marburg por una semana. Nos leemos cuando vuelva. Saludos

Wednesday, August 6, 2008

fin


- tú escribías, no? tú derramabas toda la tinta sobre tu piel. recuerdas? tú te robabas todas las palabras de los aires, silenciabas los silencios por las noches, tejías planetas entre tus manos. yo lo recuerdo. guardabas universos en ese cuaderno, latidos, gritos. tú escribías.
- déjame tranquilo.
- qué pasó?
- se murió.
- quién?
- no sé, pero se murió.
- cómo así?
- no sé, una noche se comió a sí mismo.
- no puede ser.
- por qué no?
- porque… porque no quiero.
- mira niño, se murió y punto. se le acabaron los latidos, se le secaron los ríos, no sé, la cosa es que se murió. empezó comiéndose su cola, atragantándose con sus espinas venenosas, después despedazó su espinal dorsal, se embutió sus miembros y terminó comiéndose su boca.
- se comió su propia boca?
- se comió su propio ser, por completo, no quedó nada de lo que era ni de lo que fue; ya no está, murió. déjame tranquilo.
- pero nadie puede comerse su propia boca…
- se lo comió todo.
- y el cuaderno?
- incineró el cuaderno.
- por qué?
- no sé, nunca me dio explicaciones.
- no te creo… yo sé que algo ha quedado.
- no me importa.
- tú lo viste?
- no.
- entonces cómo sabes que fue lo que pasó?
- lo leí.
- dónde?
- en mis manos.
- lo escribiste entonces?
- no, lo escribió antes de morir.
- puedo leerlo?
- no.
- pero yo…
- que no! vete. déjame seguir muriendo.
- se te acabaron las latidos?
- se me acabaron las noches, niño. déjame seguir muriendo. déjame terminar con esta última noche de universos incompletos. déjame ser río, déjame niño, déjame ser grito.
- yo no soy un niño.
- no entiendo.
- no soy un niño.
- entonces… qué eres?
- soy tu cuaderno.
- …
- soy tu cuaderno.
- déjame seguir muriendo.
- vas a comerte tus manos?
- no, ellas ya me están comiendo a mí.



Imagen: Dark Still Life, Terri Burris


Saturday, August 2, 2008

garabato 16

le hace falta una pizca
de tormenta
a esta noche

le hace falta negro
al azul