Afortunadamente esa mierda ya pasó.
Afortunadamente el cielo siempre, por debajo de todo, siempre azul.
Afortunadamente la sonrisa le ganó al puñal oxidado y a la ventana cerrada y a las noches abismales e infinitas de esos meses de derrota y suicidio. De nada. De vacío. De gritos.
La noche es otra vez cuento de inspiración. La luna es nuevamente la perla menguada sobre mi piel. Este sol ha vuelto a ser sol.
Afortunadamente esa mierda ya pasó.
Afortunadamente, sí, también, en ese preciso momento en que se animaba a salir por fin el sol,
afortunadamente, así de sorpresa y disimuladamente, apareciste tú.
.