Thursday, November 15, 2007

Contigo - I

‘Me lo vas a decir otra vez?
‘Te quiero mi amor’
‘Me gusta que seas dulce’
‘Tú más, como miel’
‘Tú eres mi azúcar’

Volteé a buscar de donde provenía esa conversación nauseabunda que desafortunadamente llegaba a mis oídos por la ventana del auto. Eran unos adolescentes, no sé… 15… 16… apoyados en un poste junto al kiosko de la esquina. Los miré con una mueca de asco mientras se besaban en medio de la calle. ‘Chibolos’ – pensé.

‘Te quiero’
‘Yo te quiero más’
‘No, yo te quiero más, en serio’
‘Eres tan dulce, azuquítar mío’

Los dos volteamos instintivamente a buscarnos los ojos y cruzamos una recíprocra mirada de asco. Nos sonreímos. Nos reímos. La risa es una sonrisa en voz alta; y siempre me gustó, más que todo lo que me gustaba de él, su sonrisa. Su sonrisa tenía la increíble habilidad de subirme a una ridícula, hermosa y extremadamente cursi nube de alegría e invulnerabilidad. Me encantaba que me tuviera encantada con sus labios risueños. Ya antes había caído yo con algún par de ojos, serios, apasionados, juguetones, verdes, castaños. Ya antes había caído yo con alguna voz, gruesa, ronca, medio rasposa, sonidos que erizaban mis células y conquistaban mis tubos de eustaquio. Pero nunca había sido encantada por algo tan simple como una sonrisa. Nunca antes me había dado cuenta de lo poderosa que puede ser una sonrisa bien dibujada en el rostro de alguien. Nunca he sabido cómo describir una sonrisa.

Los adolescentes terminaron con su sesión de empalagoso amor juvenil junto al poste y se acercaron al kiosko. El le compró a ella un paquete de halls de fresa y se compró para él un par de puchos que guardó en el bolsillo de la camisa. Ella lo golpeó levemente en el brazo, parece ser que no estaba de acuerdo con el mal hábito de su enamoradito. Pasaron al lado del Toyota blanco donde esperábamos a que su primo salga de trabajar para irnos a cenar a su casa, y nos sonrieron. Les sonreímos también, y otra vez cruzamos una de las miradas de hacía un momento, y otra vez esa sonrisa, medio picarezca, medio burlona, medio dueña del mundo.

‘Oye, pensaste en lo que conversamos?’ – pregunté con algo de temor y ansiedad. Hacía días que quería preguntárselo pero tenía miedo de su respuesta. Hacía días que vivía con un pedacito de angustia en el pecho, en el estómago, en la garganta, en todas partes. Una pequeña astilla, un clavito, una espinita infernal.

‘Sí’ – dijo solamente y fue tan corta la palabra que no me dió tiempo de preveer el resto de la respuesta por el tono de su voz.

Silencio. No importa si son sólo un par de segundos, siempre será cruel y eterno el silencio para un alma en espera ansiosa. Esperé. Esperé ansiosa y cruelmente. Esperé 7 segundos. Demasiado.


‘Y?'

Imagen: The Embrace I, Beate Emanuel

12 comments:

Tony said...

Silencio. No importa si son sólo un par de segundos, siempre será cruel y eterno el silencio para un alma en espera ansiosa. -Y deliciosa-

Mucho acaramelamiento empacha ¿no?

Espero que se encuentre con buenos humores, un saludo desde Perú.

Soy ficción said...

y? Y? YYYYYYYYYY????

Eres cruel conmigo alargando este silencio mucho más de 7 segundos!!!!

Besooos

jorge said...

Me parece que la contestacion ha perdido importancia entre la pregunta y los largos segundos en ¿darla?
Me gusta como escribes, considero una gran suerte que el azar de la busqueda me trajera hasta aqui.
Saludos

F. Fabian S. said...

Porque 7 son demasiado...?
No son nada cuando la respuesta es la que esperamos, pero cuando es aquella que tememos....
En definitiva, que paso?

Agata said...

Eso,qué paso?

txanba said...

y la espera se hace sincera pero duele...


un abrazo.

nada said...

HOLA
AVECES LA VIDA DUELE Y LA VERDAD ANTE TODO UN BESO

AHHH Y YO SOY DE CHILE Y EL TERREMOTO FUE EN EL NORTE DE CHILE
FUE FUERTE SI PERO NO PARA TANTO

N BESO

Madame Vaudeville (Chus Álvarez) said...

¿Y?

Ay que nos deja en ascuas....

¿Y?

Besos interrogativos, curiosos y preguntones

marisa said...

no me gusta esperar, la puntualidad es tan importante... y más para las respuestas, donde cabe la duda... que responda ya lexe, si o no!

peyote said...

"Los adolescentes terminaron con su sesión de empalagoso amor juvenil junto al poste y se acercaron al kiosko"

pensaba en eso, cuando algo se encajo en retina, luego llego con la imagen clara, pensaba en tiempos que no dan la luna...

Los años nbos depojan algunos momentos; del ayer, luego crecemos en las palabras que resltan nuevos espacios.

Saludos.

Evora said...

Ay Sol! coincido...no puede ser! Y??????


Sabes?...ser un adolescente empalagoso, hoy nos provoca esa mueca, pero cuando lo fuimos...era lindo.


Un abrazo

AnyGlo said...

A veces siete segundos son toda una vida!!!