It was nice to talk to you last night. We used to be such close friends. Y de pronto... no sé que pasó. La vida quizá. Los aires malos, las rabias, el tiempo efervescente. Yo sé que siempre vamos a ser amigos, al menos mientras vivamos bajo el mismo cielo, porque tú no eres de keep in touch... al menos no conmigo. Pero me da un poco de nostalgia que no seamos tan close como lo éramos antes. En fin, es parte de la vida i guess, es parte de crecer, es parte de envejecer.
Lo que no sé es por qué algo me hincó cuando mencionaste el viaje ese, otra vez, al mismo sitio, con 'las amigas de las amigas'. Después de colgar, me quedé pensando con el techo a oscuras el por qué de ese gusanillo dando vueltas en mi angustia. No demoré mucho en adivinarlo, es obvio, y además, ya lo había adivinado antes, hace precisamente un año. Es la demostración de lo insignificante que fuí, que era, que soy yo en su vida. La teoría puesta en práctica. Los hechos dicen mucho más que las palabras. Conmigo nunca un viaje, a ningún lado, 2 años y nada. En cambio a penas se terminó la historia, y mientras yo pensaba en cómo seguir respirando, él no perdió ni un día en planear su viaje, como para celebrar, con sus amigos. Y eso me quemó como el fuego. Ya no me duele como hace un año, pero lamentablemente todavía no puedo decir que ya no me duele en lo absoluto. Me da pena sí, saber que no fuí nada y que en cambio él sí fue algo para mí: sueño, sueño y tiempo. Pero eso ya quedó atrás. Como siempre las historias rosas tienen sus rojos y negros, y rojos y negros fueron esos días. I laid my aching body on the bed and waited for his demons to leave my pain, and when they finally did, my own demons came back home. And slowly... i became myself again. Casi una metamorfosis. Casi un exorcismo. Casi una resurrección. Y aunque nunca se me incrustó el rencor bajo la piel, la pena did adhere to my skin, like mold. But i'll take sadness over bitterness always. El rencor perfora, arde, incendia. Un amigo, aunque él ya no lo recuerde, me dijo algo una vez que yo nunca olvido: 'no seas como el fuego, sé como el agua'.
Me alegró mucho conversar contigo anoche. Me dieron ganas de preguntarte por él, que cómo le iba, pero me dí cuenta que yo nunca he sido de jugar esos jueguitos así que no lo hice. Si de verdad me interesa saber como está, pues lo llamo y punto en vez de esconderme tras el silencio y la distancia y mandar algún weak pero sincero 'mándale saludos' que jamás le llegará. Pero no lo quiero llamar. Sé, porque lo conozco bien, que la pared indiferente del otro lado del teléfono me va a amargar el momento, y prefiero no hacerlo. Yo sé que ya estoy lista para retomar la amistad que teníamos antes, antes de cruzar esa línea, antes de todo ese cielo e infierno que inventamos. Ya estoy lista. Y trato de ser agua, siempre agua. Aunque a veces sienta que me ahogo.
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