Sunday, May 31, 2009

pozos pródigos

Los pozos han vuelto. No sé de dónde, no sé cómo, pero han vuelto. Sin avisar, así, como quien no quiere la cosa. Una tarde cualquiera cuando el sol abrazaba las colinas amarillas de Walnut Creek, una tarde de esas, tibias y comenzadas en que regresaba de algún lugar falso y de algunas sonrisas fingidas, una tarde así, tediosa y embustera, una tarde cualquiera.

Y se abrieron, advenedizos, imponentes, perversos. Se abrieron como se abren los pulmones al oxígeno, como se abre el amor a la caricia, como una exigencia de vida, como un requisito de existencia. Se abrieron, hondos, oscuros, fríos; y por sobre todas las cosas, vacíos. Vacíos siempre, vacíos hasta el colmo, vacíos a pesar de todo, de las compañías, de las conversaciones, de las multitudes, de las risas, de los abrazos; vacíos perennemente. Volvieron así, un día cualquiera de cualquier mes, así sin anunciarse, sin hacerse esperar, sin dar explicaciones, sin ofrecer respuestas ni tolerar preguntas. Volvieron simplemente a sus espacios, a sus remolinos, a sus profundidades infalibles, a sus rincones inciertos, a sus sombras certeras. Volvieron omnipresentes y se estacionaron en el alma y en las desganas y en las soledades y en los suspiros largos del hastío cotidiano. Volvieron una tarde cualquiera. Volvieron simplemente, a casa.

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6 comments:

AnyGlo said...

no tengo tapa para ese pozo... Pero sí un abrazo sincero con todo el corazón. Ánimo y adelante!!

Anonymous said...

A veces es mejor usar esos pozos como escondite de reflexiones y verdades, como escape de mentiras y desdichas. Es como una extraña forma de sentir las cosas desde otropunto de vista. Por probarlo...

Siempre un placer caminar por aquí. besos.

Cyllan said...

Ay! Que tristeza más honda transmiten tus palabras, uf. Tan grave es la cosa?

Soy ficción said...

Me niego a que los pozos anden a su antojo de aca para alla, vengo con un buen montón de arena y dos palas, me ayudas?

Yahuan said...

Al principio no quería leerlo, me daba pereza, luego me arremolinó la lectura, más para delante creía que hablábamos de pozos de la tierra y yo pensando que cómo estamos, que ya no tenemos barreras para escribir, lo cual puede ser algo hasta peligroso; luego vi que se trataba de los pozos del alma y la verdad es que pensé que era muy cierto, volvieron sin duda esos pozos.

Un abrazo

David said...

Hermoso texto :-)